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El brócoli es una crucífera de clima fresco, muy nutritiva y fácil de cultivar en el huerto si se le dan los cuidados adecuados. Produce una cabeza central de ramilletes verdes que deben cosecharse antes de que empiecen a florecer. Además, tras la cosecha principal, muchas variedades siguen dando brotes laterales.
Es una planta ideal para huertos de otoño, invierno y principios de primavera, dependiendo del clima.
Clima ideal:
Prefiere temperaturas frescas, entre 10 °C y 20 °C. No le va bien el calor extremo, ya que puede provocar el espigado prematuro (floración).
Ubicación:
A pleno sol, aunque si el clima es muy cálido, conviene una ubicación con algo de sombra ligera por la tarde.
Suelo:
Rico en materia orgánica, con buen drenaje y profundo. pH ideal entre 6.5 y 7.0. Antes de plantar, puedes enriquecer con compost maduro o estiércol bien fermentado.
Riego:
Riego regular, sin encharcar. Es importante mantener la humedad constante, sobre todo durante la formación de la cabeza. Evita mojar en exceso las hojas.
Marco de plantación:
Planta con una separación de 40 a 50 cm entre plantas y 60 cm entre filas, ya que el brócoli se hace grande y necesita espacio para desarrollarse.
Cosecha:
Cuando la cabeza central esté bien formada y compacta, antes de que se abran los botones florales. Si cortas dejando el tallo principal, pueden salir brotes secundarios.